Realizando un estudio profundo y riguroso, que ha durado seis meses, y se ha culminado con un informe atributivo, consultado, contrastado y ratificado, con la mayor experta del mundo en su pintura: Blanca Pons-Sorolla, biznieta del pintor.
Joaquín Sorolla y Bastida (Valencia, 1863 – Cercedilla, Madrid, 1923), considerado un indiscutible heraldo pictórico del luminismo europeo de su tiempo, pintó el retrato Cabeza de niña sobre el lecho antes de su estancia en Roma; pero en él ya muestra un singular dominio de la luz, el cual perfeccionará a lo largo de su carrera. La soltura en la ejecución y su característica pincelada nerviosa son testimonios de la mano del artista en esta obra, en la que ya se vislumbran las aptitudes de un maestro incluso antes de terminar su aprendizaje.
El tema representado se encuentra a caballo entre la temática social y el retrato. Sorolla, nos hace partícipes de un momento íntimo, adentrándonos en el seno de una familia de su periodo, con la que es imposible no empatizar a través del doloroso tránsito de la pequeña.
El estudio se ha realizado con una serena y reflexiva inspección ocular de la obra; tanto a partir de su observación en directo, como a través de diferentes espectros lumínicos. Entre las técnicas efectuadas, se encuentran la observación microscópica digital, la Fluorescencia Visible inducida por Ultravioleta y la Fotografía Infrarroja. Ha sido fundamental la participación en esta investigación de Ximo Company y Anna Pedret.