Los investigadores del CAEM y otros expertos consideran de forma contrastada que se trata de un enjundioso autorretrato de Sorolla.
La dirección del CAEM agradece la participación en esta publicación de los expertos profesores Felipe V. Garín Llombart y Francisco Javier Pérez Rojas. Sus valiosos escritos enriquecen el conocimiento de Joaquín Sorolla y reafirman que estamos ante un convincente autorretrato de este gran maestro valenciano. Además, en la parte final de esta publicación (Apéndice gráfico), damos cuenta de otros expertos que también se han mostrado favorables a esta propuesta identificativa.
La pieza, ya era conocida como “Estudio de busto de un hombre” de colección particular, y había sido certificada en 1974 por Francisco Pons-Sorolla, cuya autoría ratificó en 2014 la bisnieta del autor, Blanca Pons-Sorolla, gran experta en la pintura de Sorolla, quien le proporcionó además un número de catalogación. El estudio se ha llevado a cabo en el Centre d’Art d’Època Moderna de la Universitat de Lleida, ha sido realizado por los investigadores Jésica Martí y el Dr. Ximo Company, director del centro, a lo largo de seis meses. Sobre todo, se han centrado en el estudio de la figura retratada, planteando la hipótesis de que pueda tratarse de un autorretrato de juventud del propio Sorolla, ejecutado durante su etapa de aprendizaje en Roma.
El retrato, un óleo sobre tablilla pegado a una tabla más gruesa, presenta a un joven de barba todavía poco densa, de perfil, encorvado sobre una mesa mientras dibuja. Este pequeño formato era utilizado por el maestro valenciano para realizar notas de color y pintura íntima, como podría ser un autorretrato.
La obra, ha sido contrastada con diversos autorretratos y fotografías de juventud de Joaquín Sorolla. A juicio de los investigadores del CAEM, no desentona con otros retratos de juventud ejecutados por Sorolla, en los que se autorretrata en diversas ocasiones de espaldas, o incluso mostrando su propio reflejo deformado visto a través de un espejo cóncavo. Además, otros factores apoyan la hipótesis: la similitud en el perfil con fotografías del propio Sorolla, por ejemplo; o el estudio técnico de la obra, en el que se observa un estilo íntimo en la pincelada, además de la utilización del pequeño formato (el formato utilizado por el maestro valenciano para realizar notas de color y su pintura más personal).
Todos estos argumentos hacen pensar que, efectivamente, podría tratarse de uno de los primeros autorretratos del artista. Además, gracias a las técnicas analíticas no invasivas realizadas en el CAEM (fotografía ultravioleta, fotografía infrarroja y microfotografía digital), se ha podido estudiar el proceso creativo seguido por Sorolla en la ejecución de la obra, aportando así información valiosa sobre el modus operandi del autor durante este periodo.
Asimismo, durante el proceso de estudio, se ha trabajado codo con codo con el equipo de restauración del centro. La limpieza de la obra, ha sido fundamental para desvelar mejor la similitud de las facciones del personaje retratado con las del propio artista, ayudando también a la recuperación de una inscripción que había quedado velada por el paso de los años, en la que se lee la dedicatoria a un enigmático Esteban: “Al amigo Esteban”, además, a continuación, de la firma del propio autor: “J. Sorolla”.
El estudio, que cuenta con abundantes y precisas ilustraciones, ha sido publicado en lengua española; contiene, además, una versión en inglés.